martes, 28 de octubre de 2008

En el taller

Bueno, ya dije que mi coche se estaba muriendo. Ayer lo dejé en el taller, para ver si se podía hacer algo con el.

"Pásate a media tarde, a ver que tiene"

El mecánico es un buen tipo. El y sus hermanos ya le arreglaban el coche a mi padre, desde hace años siempre se lo llevo a ellos. En el mundo de los talleres, cuando encuentras uno de confianza hay que agarrarlo como a una novia ninfómana, ¡que no se escape, vale su peso en oro!

Obediente allí estaba a las 6 de la tarde, para ver como tenían al paciente sobre la mesa de operaciones, con el pecho abierto y sin anestesia.

"Vente pa'ca, a ver si tu eres capaz de dar con ello, porque nosotros no lo vemos"

Joder, allí que estuve hasta las 8, disfrutando como hacía tiempo que no lo hacía, y eso que como todavía no me había quitado el "uniforme", procuraba no arrimarme mucho.

De vuelta a casa -andando, que el coche sigue en el taller sin solución conocida-, pensaba en que seguramente habría sido más feliz de mecánico en un taller, debajo de un coche y lleno de grasa, que con mi estable y prometedor curro de oficina.

Hay quien dice que si pudiera empezar su vida de nuevo no cambiaría nada,..... a la mía no la iba a conocer ni la madre que la parió.

5 comentarios:

Javier dijo...

No sé si una novia ningómana valdría su peso en oro, la verdad, jajja

ITACA dijo...

Es cierto, yo cambiaría de vida casi todos los días, haría incluso de Pirata Cojo si hiciera falta, pero lejos del curro prometedor ése de oficina del que hablas

Lucía dijo...

Yo sólo cambiaría de vida si al empezar supiera todo lo que sé ahora. Si no, es posible que volviera a cometer los mismos errores y terminase encerrada otra vez en esta jaula de oro.

Lucía dijo...

¿Se te ha escapado el barco que tenías amarrado? No contestas a los comentarios y ayer tocaba un miércoles musical...

Tanais dijo...

jajaja me ha encantado la última frase, creo q a mí me pasaría igual, lo único que repetiría es la novia jejejeje